Por Nieves Villalón
@LeeMisterio
«Pelos de punta en más de una ocasión»
El sueño del depredador es una novela negra de verdad. Asesinatos bien explicados, muy detallados, un niño siniestro, un policía entregado a su trabajo… Vamos, todos los ingredientes que se necesitan cuando buscas una novela policíaca que te haga estremecer.
Tenemos a un narrador en tercera persona, lo que hace que los detalles se queden mejor en la mente del lector. Siempre me ha gustado más este tipo de narrador porque ayuda a conocer a todos los personajes y entrar dentro de sus pensamientos y sentimientos.
Y de personajes currados y bien definidos está lleno este libro. No podemos decir que sean cercanos, pero son impresionantes, todos ellos. Óscar ha creado a sus personajes con unas características que dejan lejos cualquier estereotipo. Si bien es cierto que en el argumento vemos cierta similitud con otras obras del género, os puedo decir que los personajes no están cortados por un patrón (más allá de que si es policía, hace cosas de policías, y si es asesino, hace cosas de asesinos).
Por un lado tenemos a Santiago Herrera y a Laura Beltrán, inspector y subinspectora de la Brigada de Homicidios. Santiago es un cuarentón divorciado y exigente con su trabajo. Laura tampoco tiene pareja, aunque sí un hijo (que sin saberlo, ayuda a esclarecer los misterios de este libro), tiene mucho coraje, aunque no siempre es buena esta cualidad en su profesión.
Por otro lado tenemos a Ismael, un niño de Primaria muy… especial. Desde el primer capítulo en el que aparece, sabes que pasa algo raro con él, sospechas desde el minuto 1 de que hace cosas que ni son propias de su edad, ni son propias del ser humano en general. Capítulos muy impactantes los que se centran en este personaje. Mis favoritos del libro, desde luego.
Como personajes secundarios tenemos a varios policías que forman el equipo de Santiago, y a Iván, el hijo de Laura. Estos personajes son menos profundos, pero sí que influyen mucho a la hora de resolver el caso, sobre todo Iván.
La novela está ambientada en España, en Zaragoza concretamente. Si ya me sorprendí al leer una novela negra ambientada en Valladolid (Memento mori), me ha sorprendido aún más en Zaragoza. Estuve un par de días de visita, y la verdad es que la ciudad tiene zonas muy bonitas. Pero bueno, al caso, que no es un lugar donde piensas que puedan ocurrir cosas como las descritas en el libro.
En cuanto a impresiones personales, se me han puesto los pelos de punta en más de una ocasión. La verdad es que cogí el libro en el momento idóneo, porque entré en él de lleno y ocupó mi mente durante los 3 días en que lo leí.
Aunque el motivo inicial de la investigación me pareció original (cerdos robados de una granja es lo que desencadena toda la historia), hay ciertas partes que me han recordado muchísimo a Memento mori (no digo la trilogía entera porque no me la he leído aún). Quizá este es el único punto negativo que le veo a la novela, porque el resto es buenísimo, con varios cabos que acaban uniéndose al final en uno solo, y todas las tramas muy bien llevadas al final. Un final que encierra una pregunta… ¿habrá más, o es novela independiente?
Y otra cosa (y ya termino) que me ha llamado mucho la atención es la crítica que se hace, o eso me ha parecido a mí, a la organización de la Policía, o a la Administración más concretamente. Muchas alusiones a los «chanchullos» que se hacen en las plazas que hay en los distintos puestos, el favoritismo que se muestra hacia algunas personas que entran porque son hijos de, o sobrinos de… Vamos, de lo que siempre andamos quejándonos los españoles cuando salen las oposiciones a cualquier cosa.
Una novela muy intensa, angustiosa, que te lleva al límite en algunos capítulos y que no baja el ritmo. No te recuperas hasta que no acabas, y es novela para leerla del tirón (de otra forma no iba a ser, porque engancha desde el principio). Sorprendente también… no todo es lo que parece. Espero que la disfrutéis mucho.
Autor
Graduado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos por la Universidad de Zaragoza. Diplomado en Administración de Empresas por la ESAE (Escuela Superior de Administración de Empresas). También se confiesa interesado por la Criminología, la Historia, la Sociología y los juegos de estrategia.
Sinopsis
¿Qué tienen en común los poemas de Baudelarie, Silvia Plath o Leonard Cohen con los ahorcamientos para alcanzar el clímax durante la asfixia autoerótica?
En un control rutinario en la carretera de entrada a Zaragoza, la Policía detiene un vehículo sospechoso. En su interior encuentran varios cerdos muertos y diversos instrumentos para desollarlos, algo extraño, pero no especialmente preocupante… si no fuera porque en la boca de uno de los animales aparece un dedo humano.
Laura Beltrán, la nueva subinspectora de la Brigada Provincial de Homicidios, y su superior, Santiago Herrera, un veterano inspector, se verán envueltos en un abanico de asesinatos que combinan el sadismo y los enigmas de la psicopatía con las inquietudes propias del comportamiento humano.
Ficha del libro |
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