¿Qué ocurre cuando tu secuestrador desaparece y nadie sabe dónde estás?

Charlotte Link vuelve a demostrar su capacidad creativa a la hora de construir un thriller psicológico verdaderamente abismal con ‘En la guarida del zorro’, una novela que Debolsillo acaba de publicar de forma inédita en España.

El suspense y la acción se combinan con energía, y de manera muy estudiada, para dar empaque al desasosiego que desde el primer momento sufren los personajes. Del narrador neutral y omnisciente, Link pasa al tono y especial visión de Jenna, alternando posiciones que permiten no solo profundizar en los diversos perfiles psicológicos de los protagonistas sino analizar los hechos desde diferentes perspectivas. El lector ávido de emociones no tiene más que dejarse llevar por la fuerza y agilidad narrativa de un texto que va aumentando en tensión e intriga conforme avanza, perturbador, hasta un giro final realmente brutal.

«Aquel sábado comprendí por primera vez que la relación entre Matthew y yo
no se estancaba únicamente porque él no lograba controlar los recuerdos y los
sentimientos de culpa. Yo también contribuía con mis complejos frente a
Vanessa. De repente tuve que admitir que me sentía muy inferior».

Link emprende una arriesgada exploración de esa zona gris que se encuentra entre
el bien y el mal, entre la intención de hacer daño y la voluntad de evitarlo. Simplemente pensar en la verosimilitud que transmiten los acontecimientos narrados produce malestar y temor. Algo que termina por perturbar al lector que va descubriendo estupefacto como la propia naturaleza del mal nace de nosotros mismos. La cobardía para afrontar incluso los hechos más inconscientes –representada hábilmente en la figura de Ryan Lee–, se puede convertir entonces en una pesadilla mucho más terrible que la realidad que se pretende negar. La culpa, los miedos y todas las inseguridades que éstos llevan aparejadas terminan derribando cualquier barrera de contención psicológica, aunque sea tan elevada como los muros de un centro penitenciario.

Solo hay que mirar en el diccionario el significado de la palabra miedo para llegar a sentirlo… La imaginación seguro que hace el resto. Pero cuando esa sensación de alerta y angustia se materializa en un peligro real, las percepciones se agudizan y la tensión nerviosa se hace verdaderamente incontrolable… Entonces surge el pánico. Ese quizás fuese el proceso que experimentara Vanessa Willard cuando, tras ser atacada por un extraño, y obligada a entrar en una furgoneta, es conducida hasta una oscura y escondida cueva. De respirar aire fresco en un parque natural próximo a la ciudad de Swansea, había pasado a obedecer aterrada las órdenes de un secuestrador que la fuerza a entrar en una caja de madera…

Por primera vez en mucho tiempo Ryan Lee ha conseguido no dejar ninguna pista. Una
suerte conocer la secreta cueva del valle del Zorro. Nadie sabe dónde está la mujer y solo es cuestión de que se marido pague el debido rescate… Lo justo para saldar deudas con violentos usureros y comenzar una nueva vida. Pero el destino es muy traicionero, sobre todo para delincuentes tan mediocres como Lee. Antes de que pueda ni siquiera escribir la nota de secuestro es arrestado por otro delito. Van a ser varios años de cárcel.

El miedo –ahora por partida doble– a una pena mayor hace que se calle lo acaecido con Vanessa. Con provisiones para no más de una semana, la mujer también parece haber sido abandonada en manos de un destino que juega con cartas marcadas. «¿Cómo había podido meterse en semejante aventura? ¿Cómo había podido creer que saldría bien?».

El miedo se puede hacer aún más desesperante si cabe para el hombre que, expectante y desconsolado, aguarda cualquier noticia de la persona desaparecida. Matthew Willard ha sufrido dos años y medio de triste ansiedad desde que su mujer fuera secuestrada.

Descartada su implicación en el caso, todavía no entienden, ni la policía ni él, por qué nadie reclamó un rescate. Pero todo el mundo tiene derecho a rehacer su vida, y eso es lo que intentará Matthew al conocer a Jenna Robinson, una joven redactora que acaba de llegar a la localidad huyendo de una incierta e infructuosa relación. «Pero había invertido ocho valiosos años en una relación sin porvenir y me había jurado no volver a caer en lo mismo, en sacrificar años de mi vida sin ninguna perspectiva. Sin esperanzas».

Pero la vida sigue… Incluso descerebrados cobardes y sin compasión tienen derecho a empezar de nuevo: al salir de la cárcel, Ryan Lee inicia una relación con Nora Franklin, la fisioterapeuta del centro, y aunque la conciencia de su mala acción le persiga, su afán por alcanzar cierta integridad moral se antoja sincera. Sin embargo, la ciudad inglesa de Swansea vuelve a ser golpeada con brutalidad criminal. Primero la violación de una joven que hacía tiempo había sido novia de Lee; posteriormente, el secuestro fallido de su madre. Y después, otra nueva desaparición, la de Alexia Reece, una mujer felizmente casada, jefa y amiga de Jenna en la revista local donde ambas trabajan. La pesadilla parece estar repitiéndose… Pero, ¿podría ser que guardaran alguna relación los casos? ¿jugará nuevamente el destino las mismas cartas?.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion