Petros Márkaris colapsa Valencia Negra

El escritor griego Petros Márkaris está en Valencia invitado por Amnistía Internacional, el festival VLC NEGRA y la librería Cosecha Roja, donde ha participado en la sesión que el festival dedica a los autores internacionales. Centenares de personas se han acercado al barrio de Russafa para escuchar la charla, y alrededor de 200 personas no ha podido acceder a la sala.

Desde la organización de VLC negra han lamentado «que haya gente que no ha podido entrar y damos las gracias a todo el público que ha asistido a la convocatoria por el interés mostrado».

Márkaris ha comenzado su visita en Valencia con una comparecencia ante los medios en la que ha dado muestras de su compromiso social, que lleva años ejerciendo a través de su literatura.

“Desde Samarás hasta Merkel, pasando por Rajoy, los líderes europeos dicen que ya hemos superado la crisis. Pero, ¿no es una terrible crisis que la abstención vaya a llegar hasta el 40% y se anticipe un ascenso de los partidos de extrema derecha?”, se ha preguntado el padre del comisario Jaritos. En su opinión, “los gobiernos solo miran la vertiente económica de la crisis pero se olvidan de la construcción política. Y es falso decir que la crisis ya ha pasado porque la economía funcione un poco mejor”.

También ha criticado la política de paños calientes que se estila en Europa: “Me irrita que la clase política pinte las cosas en términos más optimistas que la realidad objetiva. Eso debilita y acaba destrozando la resistencia de un pueblo. Cuando un político habla de una historia de éxito al referirse a Grecia, que tiene una tasa de paro del 35% y del 60% en los jóvenes, ¿qué sentido tiene embellecer la situación?”.

Petros Márkaris ha advertido de que existe la posibilidad de recaer en una nueva crisis: “La clase media europea ha quedado casi por completo destruida. En Grecia ya no existe. Y las clases medias son la columna vertebral de cada país”. Y ha sorprendido al explicar de qué hablan los alemanes, país al que está vinculado, ya que lo ha frecuentado, además de cursar sus estudios universitarios en Austria. “El gran tema de conversación es la falta de sentido que encuentran ahora a trabajar toda la vida para llegar a una jubilación en la que han de contar los céntimos. Los alemanes se preguntan si eso tiene sentido”.

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