José Ramón Fernández y Juan Marchá, primeros autores de género negro en Eugenio Cano Editor

Eugenio Cano Editor abre su catálogo de novela policíaca y negra con dos obras bajo la colección «Caminos del bosque». Se trata de ‘Los lentos pasos que nos han traído hasta aquí’ de Juan Marchá y ‘Un dedo con un anillo de cuero’ de José Ramón Fernández.

Planteada como una novela negra alejada de convencionalismos en la que sus cien últimas páginas fluyen de forma vertiginosa, ‘Los lentos pasos que nos han traído hasta aquí‘ utiliza la inaudita barbarie con la que el ser humano se relaciona con sus congéneres, y las devastadoras consecuencias de la misma, para dejar al desnudo la sinrazón de tanta violencia desatada. Una vez leída la última línea del libro, adquiere aún más sentido la cita de Mark Twain con la que ésta echa a andar: “El hombre es un experimento; el tiempo demostrará si valía la pena”.

Las páginas de Los lentos pasos que nos han traído hasta aquí contienen aventura, cotidianidad, magia y nostalgia, esoterismo…, y todo ello mana, como un río desbordado, hasta una lamentable realidad: otra vez el ser humano contra el ser humano.

La obra relata de forma discontinua las peripecias, a lo largo de 72 años, de la familia Ardiles, originaria de la ciudad de Ituzaingó en el Gran Buenos Aires. Marzo de 1976. Golpe de Estado en Argentina. Calixto, María Hermidia, Trémulo y Laura son recogidos en su domicilio por unas extrañas personas. Llevados hasta la frontera de Brasil donde les espera el gigante mudo Bolívar con quien atravesarán el país hasta Río de Janeiro. Allí tomarán un avión que les llevará a Madrid. ¿Quién se ha encargado de ponerles a salvo? ¿Por qué? ¿Quieren salvarles, o les quieren matar?.

En ‘Un dedo con un anillo de cuero‘, de José Ramón Fernández, las vidas de una docena de personas se cruzan en el teatro de una pequeña ciudad amurallada, uno de esos lugares donde nunca pasan cosas; uno de esos lugares en los que, a veces, se desatan tres días de sangre y personas matan a personas que creían que su vida había alcanzado un precario equilibrio.

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