Víctor Sabaté: «Mandé mi novela a tres editoriales para que no pudieran decir que no lo había intentado»

Victor Sabaté es el primer escritor novel que publica Rayo Verde Editorial, y lo hace con su novela ‘El joven Nathaniel Hathorne’ (sí, así, sin w). En la obra se nos presenta a un ya no tan joven aspirante a escritor, a quien la rutina y la necesidad de ganarse la vida han hecho desistir de sus aspiraciones, descubre que uno de sus viejos textos de juventud ha sido plagiado. ¿Cómo conseguir que los demás crean en lo que dice cuando ni él mismo se atreve a hacerlo? La cuestión resulta especialmente difícil si el supuesto plagiario es un autor fallecido hace un siglo y medio.

Para conocer más sobre su novela hemos hablado con él.

‘El joven Nathaniel Hathorne’ presenta un plagio imposible, un escritor que redacta algo que ya existía ¿Qué es lo primero que se le pasará por la cabeza al protagonista?
En efecto, el libro trata sobre un plagio, como dices, imposible, puesto que el plagiario vivió en un tiempo muy anterior al del texto plagiado. La novela es, podríamos decir, el desarrollo de la perplejidad del narrador ante este suceso: la exposición de por qué le parece que no hay posibilidad de error en su sospecha de plagio, y la explicación sobrenatural que inventa para intentar justificarlo.

¿Cómo surge esa original idea?
Justamente estoy leyendo un libro, «Gog», de Papini, en el que se afirma que la literatura es ya incapaz de perfeccionamientos decisivos. Estoy de acuerdo con eso. Creo que en cierta manera todo lo que podía decirse ya ha sido escrito, y que lo único que podemos hacer es matizarlo para nuestro tiempo y, con suerte, hallar una combinación de cosas ya hechas que tenga apariencia de novedad. Precisamente porque ya todo ha sido dicho, no es raro, o al menos no lo ha sido para mí y supongo que tampoco lo habrá sido para otros, encontrarse al leer un libro antiguo con un argumento o una idea que nosotros mismos habíamos imaginado antes, y comprobar que, lamentablemente, nuestra pretensión de originalidad no era más que ignorancia. Lo único que hice fue plantear una situación en la que una de estas falsas anticipaciones no se debiera a la casualidad, sino que se tratara de un verdadero plagio por anticipado.

Nathaniel Hawthorne fue un novelista estadounidense del siglo XIX. ¿Por qué el título de tu obra presenta a un Hathorne sin ‘W’?
En realidad, durante varios siglos el apellido de la familia fue Hathorne, sin la w, y fue el mismo Nathaniel quien añadió la letra. Los motivos por los que cambió el apellido familiar no están muy claros; es posible que estuviera relacionado con el pasado incómodo de algunos de sus antepasados (uno de ellos, por ejemplo, fue uno de los jueces implicados en los famosos juicios por brujería de Salem). El libro juega con ese vacío biográfico, y ofrece, tal vez, otra explicación a esa letra añadida.

¿Cómo veías tu situación con respecto al mundo editorial antes de que Rayo Verde se decidiera a publicar tu obra? ¿Fue algo inesperado o siempre está viva la ilusión?¿Qué relación guarda el escritor con tu novela? ¿Por qué él?
La elección de Hawthorne ha sido un poco azarosa. Lo elegí porque algunos de los temas de sus relatos y de sus diarios lo conectaban con una parte de mi novela. Lo curioso es que esa parte fue una de las muchas que eliminé durante el proceso de escritura. A medida que seguía leyendo los libros de Hawthorne y a medida mi propio libro iba cambiando, sin embargo, fui encontrando muchas otras conexiones, de modo que al final me resulta inimaginable pensar en otro escritor como protagonista o coprotagonista de esta historia.

¿Cómo veías tu situación con respecto al mundo editorial antes de que Rayo Verde se decidiera a publicar tu obra? ¿Fue algo inesperado o siempre está viva la ilusión?
La verdad es que no tenía ninguna esperanza de publicar en una editorial tradicional. Mi idea era autoeditarme en formato electrónico: colgar la novela en Amazon y en portales similares y esperar resignadamente que unos pocos lectores llegaran a ella. Sabía que para un autor desconocido, sin trayectoria, sin contactos, sin visibilidad, y encima con un libro un poco raro bajo el brazo, es casi imposible encontrar una editorial o un agente. Simplemente para que nadie pudiera decirme que ni siquiera lo había intentado, seleccioné tres editoriales independientes en las que creía que el libro podría encajar y en las que me parecía plausible que alguien llegara al menos a echarle un vistazo al manuscrito. Mandé la novela y me propuse esperar seis meses antes de autoeditarme. Al poco tiempo contactaron conmigo de Rayo Verde interesándose en publicar el libro. Creo que tuve bastante suerte. Más aún al ir viendo que, mientras se preparaba la edición de la novela, el catálogo de la editorial iba creciendo con libros muy buenos, junto a los cuales me enorgullece que figure el mío.

¿Estás contento con el resultado que está obteniendo el libro? ¿Qué te dice la gente que es lo que más le gusta de ‘El joven Nathaniel Hathorne’?
Bueno, prácticamente acaba de salir a la venta, así que supongo que es demasiado pronto para valorarlo, pero en el poco tiempo que lleva en librerías sí he visto cómo el libro va encontrando sus lectores, lo que es muy satisfactorio. También han aparecido un par de comentarios positivos en prensa, uno de ellos de Sergi Pàmies, un escritor que he leído desde siempre, con lo que el hecho de leerle hablando bien de este libro fue una alegría muy especial para mí. Del libro yo creo que gusta el elemento fantástico de corte clásico, el juego metaliterario y las referencias o guiños a textos de otros autores.


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